La Historia del Perro

La historia del perro

Según fuentes científicas el antepasado del perro apareció hace 30 millones de años, (Serpell 1995; Valadez 2003) durante el período oligoceno, el Cynodictis  (Figura 1°) tenía apariencia de perro con parecido a la mangosta y hocico largo.

Otro antepasado parecido a los perros  fue el Tomarctus evoluciono durante el período mioceno hace 24 millones de años; de igual manera el género canis evolucionó, convirtiéndose en canis lupus o lobo, de tal manera que nuestro perro doméstico descendiente de este apareció hace 12.000 años.

Se describe que el proceso de domesticación ocurrió en la época glacial hace unos 40.000 años donde convivían hombres y lobos como cazadores y estos últimos empezaron a alimentarse de los excedentes dejados por el hombre en las cacerías.

Los egipcios y los habitantes de Asia occidental fueron los primeros en criar perros, en la antigua Roma ya existían los perros dentro de  los cuales los galgos eran utilizados para cacería y los grandes mastines para la guerra y las peleas.

El antecesor del hombre actual el homo erectus se vinculó con los primeros  perros salvajes, pero con el homo sapiens se dio el paso al perro doméstico, en América existen evidencias de que en Mesoamérica existieron perros nativos únicos en el mundo.

Existen hallazgos paleontológicos que ubican a nuestra especie canina en América en tiempos tan antiguos como 20,000 años antes del presente o incluso antes. (Mirambell 2000). 

Las evidencias de biología molecular indican que los perros americanos no son producto de una sola pareja que puso un pie en América y de allí se dispersaron en un sólo proceso; más bien lo que se manifiesta es que en el norte del continente existían bandas que deambulaban de aquí para allá y algunas de ellas penetraron más hacia el sur.

De éstas, algunas no avanzaron más allá de ciertos límites y unas pocas continuaron su camino, lo cual lleva a la circunstancia de que los perros de Alaska muestreados manifiesten múltiples orígenes, mientras que en México la muestra indica que los perros nativos provenían unas pocas líneas, las cuales se relacionan con ejemplares que avanzaron más allá, o sea, hasta América del Sur (Valadez, Leonard y Vilá 2003 a, b), situación que en este momento lleva a la conclusión de que todo el universo canino latinoamericano es de carácter único y que estas poblaciones vivieron un largo periodo de aislamiento. (Valadez A, R.; Mendoza E. V.).

Cuando Gonzalo Jiménez de Quesada vino a la conquista del Imperio Chibcha, no trajo perros en la expedición; pero a la llegada de Nicolás de Federman y de Sebastian de Belalcázar estas fieras participaban en todas las guerras contra los indígenas.

Con el transcurrir de los años el perro se convirtió en el amigo fiel del hombre llegando a ocupar cada vez un lugar preponderante dentro del contexto del grupo familiar a todo nivel y parte fundamental de la vida del hombre como compañero de las actividades desarrolladas en el diario transcurrir.